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Las Gladiolas se transforma en un complejo tipo resort

Los terrenos del implosionado residencial albergan un nuevo complejo de vivienda subsidiada y asequible.

El terreno cercano a la Milla de Oro donde ubicaba el complejo público de viviendas Las Gladiolas -implosionado en el 2011- se ha convertido en un renaciente proyecto de estilo resort que, a partir de octubre, acogerá a personas que reciben subsidios del gobierno y a trabajadores que tengan el ingreso para pagar un alquiler privado, esto bajo una novedosa e histórica propuesta de viviendas asequibles.

Primera Hora realizó un recorrido por el área de construcción del nuevo modelo residencial que modifica el concepto tradicional del caserío por uno que integrará a familias de diversas composiciones sociales.

Según explicó el secretario de Vivienda, Fernando Gil Enseñat, la distribución de los 140 apartamentos que comenzarán a entregarse en cuatro meses se dividirán en 56 unidades a través de vivienda pública, 28 por sección 8, 27 por el programa Low Income Housing Tax Credits (LIHTC) y 29 unidades para el mercado privado.

os apartamentos alquilados bajo LIHTC estarán destinados a personas que trabajan y cuyo ingreso sea considerado bajo en San Juan ($12 mil anuales, según el último censo). Mientras, los precios de unidades privadas los determinará el mercado.

“Los precios de alquiler variarán dependiendo de la composición de la unidad, pero se estima que las de tres cuartos el precio de alquiler no llegará ni siquiera a los $800 (incluyendo mantenimiento)”, agregó.

El proyecto está diseñado tipo walk-up con disponibilidad de una, dos y tres habitaciones. Todos serán entregados con abanicos de techo, acondicionadores de aire, screens, cortinas de protección solar, calentador, lavadora, secadora, microondas, lavaplatos, estufa y nevera. Además, cada hogar tendrá una cerradura electrónica que funciona a través de una tarjeta inteligente. El 5% de los hogares está diseñado para personas con discapacidades.

En sus áreas comunes, el complejo cuenta con un paseo lineal, gazebos, gimnasio, centro de actividades y áreas de juegos para niños.

El ingeniero Dennis González, del Departamento de Vivienda (DV), agregó que también habrá una zona para concesionarios, con la idea de que se establezcan comercios que puedan emplear a los mismos residentes.

“No hay un número exacto, todo dependerá de la demanda. Pero es una oportunidad ideal para el desarrollo de los mismos microempresarios de vivienda pública”, dijo.

Selección de inquilinos

El subadministrador de Vivienda Pública, William Rodríguez, explicó que la responsabilidad de seleccionar los inquilinos y administrar el proyecto recae en la empresa desarrolladora McCormack Baron Salazar, seleccionada en la Alianza Público Privada como socia del DV por 30 años.

“Eso fue una decisión dispuesta en contrato con la pasada administración (de Alejandro García Padilla)”, dijo al enfatizar que en el caso de las casas otorgadas por vivienda pública y sección 8 se les dará prioridad en las listas a quienes residieron en el extinto caserío.

“El desarrollador será el que escogerá, pero siguiendo nuestra reglamentación… y hay que aclarar que la selección de inquilinos tomará en consideración el seniority. Es decir, a las personas con más antigüedad dentro del complejo de vivienda que fue desalojado”, expresó al añadir que personal de la empresa se ha ido reuniendo con las residentes para orientarlos sobre el asunto.

El proyecto requirió una inversión de $166 millones, de los que el Estado puso $66 millones de asignaciones federales, más los créditos contributivos. El desarrollador financió los restantes $100 millones a través de la banca privada.

Esta aportación incluye el desarrollo de construcción de vivienda mixtas en los terrenos que ubicaban los caseríos Puerta de Tierra en San Juan y José Gautier Benítez en Caguas.

Prohibido olvidar

Tres alarmas sirvieron como señal para anteceder lo que ocurriría. Fue a las 10:08 a.m. del 25 de julio de 2011 que fueron cayendo las cuatro torres que componían el complejo de vivienda pública Las Gladiolas, en Hato Rey.

Más de 3,000 libras de dinamita fueron utilizadas para derrumbar el lugar en el que llegaron a vivir más de 676 familias y que estaba ubicado en una privilegiada área cercana a la Milla de Oro.

“¡Las Gladiolas vive! Las Gladiolas no es esa estructura, es la comunidad que vivió allí”, dijo aquella mañana con los ojos llorosos Mirta Colón Pellecier, líder comunitaria del complejo y portavoz del movimiento comunitario “Las Gladiolas Renace”.

La emoción fue evidente en otros rostros, como el de doña Diana Babilonia, quien llegó a explicar a este diario aquel día que se había mudado al lugar en el 1980. “Allí tuve a mis tres hijas”, expresó quien entonces era vecina de Las Monjas.

El argumento del Gobierno para desalojar a las más de 130 familias que residían en el complejo e implosionar el lugar fue que los edificios ya no cumplía con las especificaciones de Vivienda Federal.

El compromiso del Estado fue proveerles vivienda segura en otros espacios disponibles por subsidio gubernamental y darles prioridad en cualquier otro proyecto de residencias que se desarrollara en el área.

 

Noticia publicada en primerahora.com

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